Mongolia quiere combatir el calentamiento global construyendo un «escudo de hielo» para enfriar la capital, Ulán Bátor.
El escudo sería una versión más potente de las capas de hielo que se
crean de forma natural en los ríos durante el invierno. Estas capas, que
pueden medir hasta siete metros de grosor, son conocidas en Mongolia y
Rusia como naleds y en Alaska y Escandinavia como aufeis (palabra
alemana que significa «hielo en la parte superior»).
Estas capas de hielo se forman bajo ciertas condiciones (temperaturas
muy bajas y ríos rápidos) cuando el agua bajo la capa de hielo irrumpe a
través de las grietas y se congela en la superficie.
Capa tras capa se forma esta superficie helada que normalmente se
derrite en verano, aunque, dependiendo de su grosor, a veces dura todo
el verano.
Muchos pastores nómadas de Mongolia están abandonando
la estepa y se dirigen a las ciudades, debido a que las cálidas
temperaturas están secando los pastizales, que proporcionan alimento
para el ganado. (Más información sobre la modernización de Ulán Bátor en
la revista National Geographic).
En los últimos sesenta años la temperatura del país ha subido unos 1,9
grados centígrados, unas tres veces más que la media mundial.
Para ayudar a la población de Ulán Bátor, una operación inglesa y
mongola llamada EMI-ECOS Consortium lanzará pronto un experimento de mil
millones de tugriks (unos 560.000 euros) para crear naleds más grandes
en el Río Tuul (ver mapa), de acuerdo con la información publicada en noviembre por el periódico Guardian.
Un «escudo de hielo» para combatir el calor urbano
Según el plan propuesto, los ingenieros crearían capas más gruesas
perforando el hielo y bombeando agua a la superficie, donde ésta se
helaría y formaría una capa de hielo más gruesa y duradera.
Así, se espera enfriar la capital, contrarrestando parcialmente el
calentamiento global y el efecto «isla de calor» que hace que la
temperatura en las ciudades sea más elevada que en las zonas no urbanas.
Estos naleds artificiales «crearían parques fríos para combatir tal efecto», escribió en 2010 Robin Grayson, investigador geólogo director de EMI-ECOS Consortium, en el World Placer Journal de Mongolia.
Al ajustar la temperatura local, este proyecto de ingeniería recuerda a
las propuestas de geoingeniería que supuestamente iban a cambiar la
temperatura de todo el planeta.
Aire acondicionado para caribúes
Sin embargo, algunos expertos se muestran escépticos ante la
posibilidad de que esta capa de hielo pueda enfriar suficientemente el
aire en la ciudad.
A pesar de que el aire es más frío sobre estas capas, el efecto de enfriamiento suele estar más localizado.
Según Marc Olefs, meteorólogo y experto en glaciares del Instituto Central de Meteorología y Geodinámica de Austria,
las grandes superficies de hielo, como los glaciales, pueden producir
vientos helados que enfrían las zonas de alrededor, pero solamente hasta
una distancia de medio kilómetro.
Para enfriar Ulán Bátor, las capas tendrían que estar en el lugar
adecuado para que el viento soplara sobre ellas antes de llegar a la
ciudad.
El experto Douglas Kane, de la Universidad de Alaska, en Fairbanks,
ha visto caribúes sobre aufeis en medio de un río para escapar de los
mosquitos, a los que no les gustan las frías temperaturas.
Si quieres conseguir un «efecto aire acondicionado», «puedes sentarte
en los aufeis», comentó Kane, «aunque no creo que sea lo que tenían en
mente los jefes del proyecto».
Según el meteorólogo Olefs, este método para crear naleds no ha sido
probado todavía. Olefs ha estudiado planes para proteger glaciares
cubriéndolos con mantos especiales y conoce los métodos para producir
nieve en glaciares para pistas de esquí en la Selva Negra
(Alemania). Sin embargo, «no había oído antes ninguna idea para
manipular el hielo de los ríos y combatir el cambio climático», afirmó.
Alternativa: tejados blancos
Otra opción para enfriar Ulán Bátor podría ser recoger el agua de las
capas de hielo derretidas y llevarla a la ciudad, algo que ya hacen los
suecos con la nieve.
Olefs admite, sin embargo, que «la inversión es mucho mayor», lo que
probablemente sería un obstáculo para un país pobre como Mongolia.
La propuesta del escudo de hielo parece similar a otras ideas de
geoingeniería, según señaló Hashem Akbari, experto en el efecto «isla de
calor» de la Universidad Concordia, en Quebec (Canadá).
De acuerdo con Akbari, sin embargo, este tipo de programas podría tener efectos secundarios negativos.
Según los expertos, crear naleds más gruesos y duraderos, por ejemplo,
podría afectar la vida de los ríos o el suministro de agua.
«Sin embargo, hay otras formas de enfriar una ciudad que serían
relativamente baratas y no tendrían estos efectos», añadió Akbari.
Por ejemplo, pintar los tejados de blanco y el pavimento de color claro
enfriaría las ciudades y disminuiría la necesidad de aire
acondicionado, un método tradicional que quizá debería utilizarse más.
«Hay miles de años de experiencia, y no tiene efectos negativos».
Nerea Gorgojo Rodríguez, Andrea Moreno y Claudia Butler.
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