viernes, 26 de abril de 2013

Escudo de hielo en pleno verano

Mongolia quiere combatir el calentamiento global construyendo un «escudo de hielo» para enfriar la capital, Ulán Bátor.

El escudo sería una versión más potente de las capas de hielo que se crean de forma natural en los ríos durante el invierno. Estas capas, que pueden medir hasta siete metros de grosor, son conocidas en Mongolia y Rusia como naleds y en Alaska y Escandinavia como aufeis (palabra alemana que significa «hielo en la parte superior»).

Estas capas de hielo se forman bajo ciertas condiciones (temperaturas muy bajas y ríos rápidos) cuando el agua bajo la capa de hielo irrumpe a través de las grietas y se congela en la superficie.

Capa tras capa se forma esta superficie helada que normalmente se derrite en verano, aunque, dependiendo de su grosor, a veces dura todo el verano. 
Muchos pastores nómadas de Mongolia están abandonando la estepa y se dirigen a las ciudades, debido a que las cálidas temperaturas están secando los pastizales, que proporcionan alimento para el ganado. (Más información sobre la modernización de Ulán Bátor en la revista National Geographic).

En los últimos sesenta años la temperatura del país ha subido unos 1,9 grados centígrados, unas tres veces más que la media mundial.

Para ayudar a la población de Ulán Bátor, una operación inglesa y mongola llamada EMI-ECOS Consortium lanzará pronto un experimento de mil millones de tugriks (unos 560.000 euros) para crear naleds más grandes en el Río Tuul (ver mapa), de acuerdo con la información publicada en noviembre por el periódico Guardian.


Un «escudo de hielo» para combatir el calor urbano

Según el plan propuesto, los ingenieros crearían capas más gruesas perforando el hielo y bombeando agua a la superficie, donde ésta se helaría y formaría una capa de hielo más gruesa y duradera.

Así, se espera enfriar la capital, contrarrestando parcialmente el calentamiento global y el efecto «isla de calor» que hace que la temperatura en las ciudades sea más elevada que en las zonas no urbanas.

Estos naleds artificiales «crearían parques fríos para combatir tal efecto», escribió en 2010 Robin Grayson, investigador geólogo director de EMI-ECOS Consortium, en el World Placer Journal de Mongolia.

Al ajustar la temperatura local, este proyecto de ingeniería recuerda a las propuestas de geoingeniería que supuestamente iban a cambiar la temperatura de todo el planeta.


Aire acondicionado para caribúes

Sin embargo, algunos expertos se muestran escépticos ante la posibilidad de que esta capa de hielo pueda enfriar suficientemente el aire en la ciudad.

A pesar de que el aire es más frío sobre estas capas, el efecto de enfriamiento suele estar más localizado.

Según Marc Olefs, meteorólogo y experto en glaciares del Instituto Central de Meteorología y Geodinámica de Austria, las grandes superficies de hielo, como los glaciales, pueden producir vientos helados que enfrían las zonas de alrededor, pero solamente hasta una distancia de medio kilómetro.

Para enfriar Ulán Bátor, las capas tendrían que estar en el lugar adecuado para que el viento soplara sobre ellas antes de llegar a la ciudad.

El experto Douglas Kane, de la Universidad de Alaska, en Fairbanks, ha visto caribúes sobre aufeis en medio de un río para escapar de los mosquitos, a los que no les gustan las frías temperaturas.

Si quieres conseguir un «efecto aire acondicionado», «puedes sentarte en los aufeis», comentó Kane, «aunque no creo que sea lo que tenían en mente los jefes del proyecto».

Según el meteorólogo Olefs, este método para crear naleds no ha sido probado todavía. Olefs ha estudiado planes para proteger glaciares cubriéndolos con mantos especiales y conoce los métodos para producir nieve en glaciares para pistas de esquí en la Selva Negra (Alemania). Sin embargo, «no había oído antes ninguna idea para manipular el hielo de los ríos y combatir el cambio climático», afirmó.


Alternativa: tejados blancos

Otra opción para enfriar Ulán Bátor podría ser recoger el agua de las capas de hielo derretidas y llevarla a la ciudad, algo que ya hacen los suecos con la nieve.

Olefs admite, sin embargo, que «la inversión es mucho mayor», lo que probablemente sería un obstáculo para un país pobre como Mongolia. 
La propuesta del escudo de hielo parece similar a otras ideas de geoingeniería, según señaló Hashem Akbari, experto en el efecto «isla de calor» de la Universidad Concordia, en Quebec (Canadá).

De acuerdo con Akbari, sin embargo, este tipo de programas podría tener efectos secundarios negativos.

Según los expertos, crear naleds más gruesos y duraderos, por ejemplo, podría afectar la vida de los ríos o el suministro de agua.

«Sin embargo, hay otras formas de enfriar una ciudad que serían relativamente baratas y no tendrían estos efectos», añadió Akbari. Por ejemplo, pintar los tejados de blanco y el pavimento de color claro enfriaría las ciudades y disminuiría la necesidad de aire acondicionado, un método tradicional que quizá debería utilizarse más.

«Hay miles de años de experiencia, y no tiene efectos negativos».

Nerea Gorgojo Rodríguez, Andrea Moreno y Claudia Butler.
 

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